Hundida en desiertos de soledad
Hundida en desiertos de soledad
mueren los versos que me habitan,
mueren los papeles oscurecidos de tristeza
y se van perdiendo mis reflejos y bitácoras.
Dónde rastrear mi existencia persistiendo
en otros gestos, en otros labios,
cuando se vuelve ceniza esparcida por las calles
como otra habitante muda de un pueblo de ausencias.
Convertida en ciudadana de la noche
mis pasos sólo atraen ruidos secos;
cada hueso esperanzado pareciera quebrarse
a la decidida entrega de ser alimento de mi sombra,
a la intemperie de mi propio recuerdo.
Enfrentada a la lucha contra el destierro
y aun arrastrada al límite del barranco
sigo buscando el ritmo sensible de tu rostro,
sigo buscando tu cuerpo,
poema donde mis palabras alumbran y viven,
alquímica morada de cada inicio.
mueren los versos que me habitan,
mueren los papeles oscurecidos de tristeza
y se van perdiendo mis reflejos y bitácoras.
Dónde rastrear mi existencia persistiendo
en otros gestos, en otros labios,
cuando se vuelve ceniza esparcida por las calles
como otra habitante muda de un pueblo de ausencias.
Convertida en ciudadana de la noche
mis pasos sólo atraen ruidos secos;
cada hueso esperanzado pareciera quebrarse
a la decidida entrega de ser alimento de mi sombra,
a la intemperie de mi propio recuerdo.
Enfrentada a la lucha contra el destierro
y aun arrastrada al límite del barranco
sigo buscando el ritmo sensible de tu rostro,
sigo buscando tu cuerpo,
poema donde mis palabras alumbran y viven,
alquímica morada de cada inicio.
Compartir o enviar este poema por:
Enviar esto por correo electrónicoBlogThis!Compartir en XCompartir en FacebookCompartir en Pinterest
◄►
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario